miércoles, 18 de julio de 2012

Hoy: La comida y yo - Pequeñas manías.

Hola queridos lectores.
Sí, hace mucho que no escribo nada... es más hace muchísimo que no ando por la "blogsfera" con un par de excepciones puntuales. Pero hoy la vida (un link) me trajo de vuelta a este mundo y un simple click en "Acceder" me tentó; me tentó porque en realidad en estos meses en varias ocasiones pensé que ciertas cosas eran digno material blogueable pero una vez en casa esos pensamientos se escapan de mi cabeza cual vapor de pava hirviendo.  En fin, les voy a contar algo que muchas personas que leen acá seguramente saben y si no lo saben les vendría bien saber.
Odio profundamente que me HURTEN la comida. Realmente me pone muy mal, tengo millones de manías que explican el porqué de este odio.
Para empezar amo la comida; la comida no es una mera fuente de energía, la considero mi amiga y en esta eterna soltería mía tiene más chances de postularse para principe azul que la mayoría de los imbéciles por los cuales he perdido la cabeza. Este lazo que me une con la comida no puede ser violentado así no más, por favor NO.
Estas son las cosas que NUNCA jamás tenés que hacerme si  estamos comiendo juntos o cercanamente:
1- Nunca jamás me robes un sandwich que yo me preparé. NUNCA, es decir, yo me tomé el trabajo de elegir el pan, abrirlo, cortarme el salamín, guardalo en la heladera... No podés venir como si nada y ROBARLO, porque eso señoras y señores es un ROBO. Una vez, me había armado un simple sandwichito de salamín, lo dejé en la mesada y me dí vuelta a buscar Coca para hacer el manjar más perfecto aún... Tomo la botella me volteo nuevamente y estaba el imberbe de mi hermano atacando mi sandwich: esto POR SUPUESTO desató mi ira de gorda interna, no solo grité y pegué sino que le arrebaté el sandwich y me fui a comerlo cual ardilla a un rincón, está bien no estoy orgullosa de eso pero es a lo que se enfrentan si me roban el sandwich.
2- Nunca jamás me saques comida de mi plato sin preguntarme. Me gusta elegir que voy a comer mientras mastico: cuando tengo un ñoqui en la boca ya estoy mirando el plato eligiendo a mi próxima víctima y no hay nada más penoso, desgarrador e irritante que ver un tenedor ajeno tomando a ese indefenso bolo de papa listo para ser devorado.
3- NUNCA me saqués de la mano algo que estoy apunto de comer. No me puede volver tan loca por el amor de Dios, si estoy comiendo papas fritas OBVIAMENTE las pre-seleccioné: a mi me gustan las grandes, sin doblar blanquitas cuando son del tipo Lay's, y en el momento que mi mano las toca ya las siento mías, ya son una extensión de mi cuerpo si te comés esa papa frita para mi es como si estuvieras comiendote mis órganos, y es en serio. **también me enojo cuando mi ojo de halcón localizó una papafrita ideal y alguien la agarra antes, pero bueno no se puede hacer nada al respecto**
4- Nunca digas que no querés postre y después me robes el mio. Mi señor padre siempre lo hace, siempre... Llega el momento del postre en el restaurant y él nunca quiere, nunca... pero en cuanto llega mi brownie con crema americana SIEMPRE, SIEMPRE ME ROBA. Y sabe lo loca que me pone, la puta madre si querés pedite uno para vos que carajo te cuesta, es un brownie: un cuadradito de 2x2 mínimo, minimísimo.
5- Nunca me robes las papas de Mc Donalds, ahí vas a conocer mi odio interno, profundo y subsueloso en todas sus presentaciones. Yo lo hago si, pero con esa gente que come a dos por hora y después las deja encima frías... a mí frías no me gustan, así que me las como por adelantado ☺



Bueno, ese es el TOP FIVE de la convivencia comestible conmigo, si lo releo (cosa que no voy a hacer porque me da un poco de fiaca la mala redacción oxidada que debo tener) parecería que soy angurrienta y más que un sapo tengo un criadero en mi pancita, pero no. A mi no me molesta compartir cuando hay una advertencia previa: si estamos comiendo afuera y decidimos pedir dos platos para comer miti-miti todo bien, bárbaro me encanta; si hago una torta o algo con intenciones de compartir, más te vale que comas, es más me pone de mal humor que no comas; si te tentó mi comida y querés probar bueno sí, me molesta un poquito pero si me pedís todo bien... convido, lo prohibido acá es rober, ese picoteo CUASI inocente que en mi opinión de inocente no tiene nada y merecía estar penado por ley.


Me despido muchachos, muchos besos de colores y lluvia de corazones para uds, dejenme el odio a mi.

2 comentarios:

  1. una ocsa es compartir, otra es que te roben...
    yo estoy totalmente en contra que me saquen de mi plato. o que antes de pedir digan "no quiero uno entero, pico del tuyo"... no piques del mio, yo si quiero uno entero!

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  2. **también me enojo cuando mi ojo de halcón localizó una papafrita ideal y alguien la agarra antes, pero bueno no se puede hacer nada al respecto**
    Jajaja me tentó eso.
    Lo que me pasa a mí es que por fuera, parezco la Madre Teresa, te comparto de mil amores. Es más, hay cosas que ni me calientan compartir.
    Pero por dentro me da TANTO por las bolas (bien de gorda), es una mezcla entre frustración, molestia y je ne sais quoi.
    Otra, por ejemplo, ir al cine con mi novio. Él es flaco, no suele comer un carajo, salvo cuando algo le gusta en exceso. Cuando vamos al cine, suele pedir papa fritas y patitas de pollo para compartir. Me molesta que nunca pregunta cuando se acaban las cosas. Osea, siempre si yo quiero fervientemente la última lo que sea, por delicadeza te pregunto, esperando que digas que no. Él en cambio, no. Se lo manduca de una.
    Rabia!!

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