sábado, 20 de octubre de 2012

Hoy: El inventor de anécdotas

Estimados, he vuelto. Tengo varios post rondándome la cabeza hace meses, pero todavía no había tenido el tiempo o las ganas de sentarme a despotricar un poco. Así que basta de preámbulos vamos al grano de la cuestión.

No niego que todos tengamos alguna anécdota inverosímil pero real en nuestro haber, esas perlitas que nos regala la vida que levantan cualquier reunión.
El tema que me irrita pasa por estos sujetos que siempre, pero SIEMPRE tienen una anécdota para todo: No importa si el es hombre y vos estás contando que pensaste que estabas embarazada pero al final era un pedo atravesado, él va a retrucar que a él le pasó lo mismo y que pensó por un momento que era hermafrodita porque encima tenía antojos.
No importa si el es hijo único y vos estás contando como en una comida tus siete hermanos te hicieron una joda. A él el mismo día en que el tenía los antojos de la anécdota anterior, sus primos terceros le hicieron la misma joda, pero obviamente peor.
No importa si el tiene un nokia 1100 y vos estás contando como tu smartphone se quedó sin internet y sin batería en el momento más inoportuno. Por supuesto que a él se le murió la linterna y la viborita del celular cuando estaba en medio de una sala de espera rodeado de mil pendejos gritando.

Y eso no es nada, puedo seguir hasta la eternidad. Pero lo peor de todo, como si esto fuese poco es que lo hacen mal. No sé si es que ellos mismos se creen sus propias mentiras, o si no se dan cuenta que la efusividad que le dan al relato ya bordea lo bizarro pero no se miden. Son capaces de en una misma conversación meter cuatro o cinco historias, todas teñidas con el mismo nivel de inverosimilitud  Ni siquiera se inhiben bajo mi mirada crítica de incredulidad, siguen ensimismados en su relato, sin percatarse que en el afán de caer bien y ser unos copados con mil historias hacen el efecto contrario.

Nadie te va a juzgar por tener una vida plana y aburrida. Nadie se va a reir de vos porque no te pasaron las mil y una cosas. Pero te aseguro que si estoy yo, no hay vuelta atrás... bien nunca me vas a caer. Por simple mentiroso, inventor de anécdotas.