lunes, 21 de mayo de 2012

Hoy: Días grises

Antes de dedicarme a lo que debo y me compete - léase trabajo de creatividad- me dieron ganas de volver a  pasarme por acá.
Odio los días grises como hoy. A pesar de que me encanta la lluvia, los días como hoy me ponen de malas verdaderamente. Dirán, complicado que llueva sin nubes... bueno si, pero hoy no es un día de lluvia: sin embargo es un día gris.
Los días grises te hacen sentir gris. Y sintiendote gris, te sentís bueno... ambiguo, ni blanco ni negro... justamente "gris" el adjetivo le da en el arco.
Cuando nos sentimos perdidos, grises y no nos hallamos, empezamos a reflexionar: ¿qué queremos? ¿cómo lograrlo? ¿qué estamos haciendo nosotros para hacerlo realidad? ¿acaso estamos haciendo algo?
Entonces, todas esas preguntas hacen eco en nuestras cabezas y cada paso que damos bajo la bruma nos pesa más y más... Si el día de ayer decidiste que lo mejor era tomarse todo con calma, tranquilidad y hacer idioteces, hoy día gris eso ya no parece tan buena idea. Y  no es buena idea porque nos aleja de lo que realmente queremos ¿para que reirnos ahora si después inevitablemente vamos a llorar?
A veces resolvemos  que queremos estar bien ya y ahora, y buscamos y caemos en algo que si bien no nos lastima tampoco  nos da verdadera felicidad, caemos en lo insignicante. Y al caer en lo insignificante, todo ese proceso de maduración y superación se debilita, casi que muere.
Es irónico que en el afán de darle significado a nuestros días podemos caer en lo absurdo y alejarnos cada vez más de lo que realmente tiene la llave de la felicidad... o al menos lo que nosotros mismos creemos que nos puede hacer feliz. No necesariamente tenemos razón, no necesariamente nuestros objetivos están bien fijados... pero si nisiquiera tenemos la constancia y la fuerza de voluntad para mantenernos en un camino, por duro e intrincado que nos toque transitar nunca sabremos si estabamos en lo cierto o no.

Yo no sé si es culpa de los días grises o soy yo que reflexiono tarde.
El día gris es como esa amiga que te quiere mucho pero no te deja divertirte... porque sabe que en realidad estás tapando con joda algo muchísimo más importante.
El día gris es el colmo de la idiotez reflexionada. La idiotez premeditada a la cual le diste vueltas y vueltas, y tomaste la decisión conciente de hacer una idiotez... pero llega el día gris y todas las razones por las que ayer era un si, hoy son un no.
El día gris tal vez nos hace mejores personas, más profundas y reflexivas... y lo odio por eso. Quisiera poder dejar de pensar un segundo nada más.